
Todo ocurrió durante el verano de 2012, Iñaki
Bea, agente de futbolistas de la empresa Promoesport y defensa del Real
Valladolid de 2006 a 2009, salía del gimnasio de su ciudad con la revista
alemana Kicker en la mano. Fue entonces cuando recibió la llamada de su buen
amigo Alberto Marcos, director deportivo del Real Valladolid. “Necesito un extremo” contó Marcos
inquieto. “Déjame pensar Gordo” le
contesto cariñosamente…. “¡Lo tengo!” respondió tras releer que un jugador que
le había atrapado por su garra y su velocidad, un tal Patrick Ebert, estaba sin
contrato y entrenaba para no perder la forma con el Hoffenheim.
El agente se pasó manos a la obra y tanteó al
jugador: “¿Te gustaría jugar en la liga
española?” preguntó el agente “Yo lo
que quiero es jugar” respondió el extremo, así llegó en silencio, pero con
un carácter ya potente, goleador y escurridizo.
Y tras preguntar a antiguos compañeros de la
sub 21 alemana como Ozil, los cuales jugaban en aquella época en la liga
española, se decidió a firmar “Me dijeron que era una liga bonita y yo quiero
divertirme” explicaba en sus primer día. Su director deportivo y su entrenador
premiaron su actitud durante los primeros días: Alberto Marcos “Le gusta el
balón, se encuentra cómodo, se identifica con nuestra idea” Djukic: “Llegó con
poca ilusión por el fútbol, pero es jugador muy emocional y con cariño y apoyo
está demostrando ser buenísimo”.
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