Lo primero muchas
gracias por contestarnos a nuestras preguntas, quisiera empezar la entrevista
hablando sobre cómo el gobierno español ha instado a los reporteros de guerra
destinados en Gaza a salir de allí por no garantizar su seguridad. ¿Qué opinión
tiene acerca de esta sugerencia gubernamental?
Los reporteros y los periodistas en general debemos tomar las sugerencias de los gobiernos, y especialmente del nuestro como eso, como sugerencias. Creo que cada profesional deber ser responsable de lo que hace. Si se queda y muere, será su responsabilidad. En un tiempo no tan lejano, los reporteros morían en conflictos armados y nadie culpaba a ningún gobierno.
Quiero repetirle
unas palabras de Ramón Lobo en el último programa de la Sexta Noche: “Los
periodistas nos hemos subido a los coches oficiales” ¿Considera que el
periodismo ha perdido su función de crítica al poder?
Ramón Lobo, con el que tuve el privilegio de trabajar en el diario El Sol, sabe bien de lo que habla. Esta pregunta entronca con la anterior. Los periodistas han perdido la capacidad crítica porque buscan mantos protectores de las empresas, del gobierno o de cualquiera… Eso tiene que ver en parte con la terrible crisis que ha azotado de manera especial a los medios de comunicación y con la desaparición de los editores tradicionales –Jesús de Polanco, Antonio Asensio…–. Pero también tiene que ver con que los directores de los medios han perdido la perspectiva: viajan en grandes coches, juegan al golf con directivos de grandes empresas y han pedido la conexión con la calle, que queda en manos de esos reporteros a los que no quieren pagar grandes sueldos. Se ha extendido la perversa idea de que un reportero, capaz de dar media docena de grandes reportajes o de exclusivas al año, no es algo diferenciador y, por tanto, no hay que invertir en él. Se extiende la idea de que los periodistas son intercambiables.
Cada curso salen
de las facultades de periodismo miles de titulados cuyo destino suele ser,
desgraciadamente, el paro. Varios periodistas afirman la poca conexión de los
conocimientos adquiridos en las facultades con las necesidades del mercado
laboral. ¿Cree que no es adecuada la formación de las facultades para una
posterior entrada en los medios?
Eso es un viejo mantra. Desde que
yo empecé en este oficio, hace 27 años, a ser periodista se aprende siendo
periodista. Por eso es un oficio. Los conocimiento que te da la facultad son
una base que poco tiene que ver con el ejercicio de la profesión. El problema es
que hace unos años, todos los estudiantes que salían de la facultad tenían
claro que uno se hacía periodista en la calle, reportajeando, gastando suelas
de zapato, pasando frío… Y los que sales ahora de la facultad creen que Google
y las redes sociales bastan para ejercer el oficio. Las nuevas tecnologías de
la información –que uso desde que nacieron– son una enorme ayuda para nuestro
trabajo, pero jamás sustituirán al trabajo de calle.
¿La prensa
escrita llegará a morir o simplemente tendrá que reconvertirse?
La prensa escrita, el papel, es un soporte que tiene muchos siglos. No creo que vaya a morir como murieron las cintas de casete, los vinilos o los VHS, soportes que no llegaron ni a los cien años. Lo que sí que tendrán que hacer es reconvertirse, dar una información diferencial, historias por las que valga la pena bajar al kiosco y gastarse el dinero.
¿Nos puede llevar
Internet a una nueva edad de oro del periodismo?
No creo en las edades de oro. Creo que lo que siempre valdrá serán las buenas historias, la buena información, al margen del soporte en el que se den.
El canal de la
Sexta considero que está considerado como un buen canal televisivo en materia
informativa. ¿Cuáles son sus claves a seguir?
Apostar por la información es el único secreto. Creo que La Sexta se ha convertido en la cadena referente de la información porque se ha alejado de la frivolidad y ha apostado por la información: La Sexta da más de seis horas de información en directo cada día. No hay ningún canal que lo haga.
José Bretón. Para
casi cualquier español este nombre suena trágicamente familiar debido a su caso
largamente expuesto en los medios informativos, lo que le ha convertido en tema
de dominio público. Si preguntas a cualquier persona informada en el tema sobre
él, saca a relucir los mismos rasgos. ¿Es labor del periodista conocer los
detalles de la personalidad de estos dementes para que los lectores sean
capaces de interpretar la magnitud de su locura?
El periodista lo único que tiene
que hace es informar con rigor. Yo no creo que los reporteros tengamos que
hacer labores didácticas en ningún asunto. Tenemos que contar, contextualizar y
transmitir la información para que sea comprensible al lector, al espectador o
al oyente. Y huir de lugares comunes. En la información de sucesos y en
cualquier otra.
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