lunes, 12 de enero de 2015

Paul Shirley: "Yo le daria a la NBA el sentido de equipo de Europa"


Utilizaré para presentar a Paul Shirley una frase del prefacio de su libro, Shirley estuvo entre los 500 mejores jugadores del mundo  de su época en activo.

Sin embargo, no es uno de esos casi-desconocidos  jugadores que pasan de puntillas por la NBA y su rostro a penas es recordado. Paul Shirley además es escritor. Podríamos definirle como un filósofo crítico del baloncesto profesional estadounidense en cuyos años en activo, como un miembro del circo que cuenta los trucos a sus seguidores, desveló en su blog las interioridades del baloncesto profesional estadounidense. Eso desgraciadamente le hizo que le vieran con malos ojos los directivos de las franquicias americanas, lo que provocó su retiro prematuro. Pero como diría el dicho quien cierra la puerta abre una ventana, su blog y su personalidad a la hora de escribir le han llevado a ser colaborador en El País, ESPN.com, Slate y The Wall Street Journal.

¿Cómo se definiría para las personas que no lo conozcan?

Esa es una pregunta curiosa. Yo soy un ex jugador profesional de baloncesto que tiene la intención de distanciarse de los estereotipos vinculados a ser un ex-jugador de baloncesto profesional. (A veces a un fallo.)

En su libro “¿Me puedo quedar la camiseta?”, entre otros aspectos, critica la incultura y el egocentrismo de muchos de los jugadores que se encontró por la NBA con muchos ejemplos de su vida diaria. ¿Considera que esto es culpa del sistema dónde se prioriza la calidad de jugador de baloncesto por encima de todo?

Yo creo que esto es un ejemplo de prioridades fuera de lugar; nosotros, como sociedad (sobre todo en los EE.UU.) damos una importancia desorbitada a la capacidad de hacer algo como poner una pelota en un aro. Yo me considero a mi mismo como una persona docta (fui a la universidad con una beca académica), y me confunde que nos llamamos civilizados, cuándo ponemos tanto énfasis en la destreza atlética de alguien. 

También se ven pocos ejemplos de buena relación con sus compañeros. ¿Alguna vez se sintió aislado en la convivencia del equipo?

Me sentí aislado en ocasiones sí, pero también es en parte culpa mía debido a que siempre iba de un lado para otro y nunca tuve la oportunidad de encontrarme dentro de una comunidad. Yo tenía el idilio que llegaría a un lugar y me asentaría ahí durante varios años, pero debido al sistema que fomenta una visión mercenaria del jugador no llegué nunca a sentir que esto fuera verdad. Cabe señalar que esta estabilidad me hubiera llegado si me hubiera quedado en Europa en lugar de seguir en mi ciego empeño de conseguir un lugar en la NBA,

Usted ha jugado en varios países fuera de América. España, Grecia y Rusia, siempre se da a la organización de la NBA como ejemplo de gestión de una liga, pero ¿Considera que hay aspectos de otras ligas que podrían mejorar a la NBA?

Las preocupaciones de la NBA a corto plazo son agrandar los ingresos de las grandes estrellas, yo creo que la NBA debería copiar de Europa el seguir las preocupaciones a largo plazo fomentando el sentido de equipo.

Ante los pocos libros deportivos americanos traducidos al español y el éxito que ha tenido el tuyo ¿Animaría a otros escritores a traducir sus libros sobre la NBA al español? ¿Va a traducir su segundo libro?

Yo creo que es  buena idea, pero también hay que tener en cuenta mi conexión personal con España, el hecho de que escribo en el País, lo cual opino que ha provocado el éxito de mi publicación. Yo quiero tener mi próximo libro publicado en español, aunque solo sea una oportunidad para volver

¿Qué momento positivo y negativo destacaría de su vida deportiva?

Creo que mi mejor momento fue predecible, fue cuándo los Atlanta Haws, me llamaron de las profundidades de Yakima, dónde jugaba para hacerme debutar en la NBA. El más negativo, el más triste fue descubrir que jugar en la NBA no era tan paradisíaco como creía.

¿Cómo resumiría su vida desde que se retiró?

Bastante confusa, no me gusta quejarme porque es difícil conseguir la empatía del público, pero fue extraño empezar de cero, a una edad avanzada dónde mis compañeros ya llevaban una década de experiencia. He ido dando tumbos tratando de ponerme al día, ha sido en ocasiones, una experiencia muy intimidante.

Si fuéramos preguntando en las calles de las ciudades españolas en las que vivió y jugó si conocen el nombre de Paul Shirley ¿Por qué cree que la gente le conocería más, por su libro, su participación en los medios o por el paso por sus equipos?

Aseguraría que es por El País. Muestra de ello es un recuerdo de cuando firmé mi contrato baloncesto última vez, con el Unicaja de Málaga, aquella tarde acompañé a mi novia de entonces, a la consulta de un médico en Málaga, era de mis primeros días en esa ciudad. Un niño de unos doce años se me acercó y me preguntó si yo era Paul Shirley. Le dije que sí, suponiendo que era un fan de Unicaja y había visto que había firmado con el equipo. Pero él dijo: "Tú eres mi escritor favorito!" enseñándome un ejemplar de El País con mi columna. Fue un momento halagador, pero que tuve muestras de un debate que tenía y tengo en mi cabeza de los 27 años en adelante, que si yo era "un muy buen jugador, para un escritor," o "un muy buen escritor, para un jugador."

No hay comentarios:

Publicar un comentario